Michael Van Beuren
Michael van Beuren nació en Nueva York, el 18 de marzo de 1911. Llegó a México en 1937 buscando nuevos horizontes y la posibilidad de ejercer como arquitecto no titulado. Primeramente pasó una temporada en Acapulco, y se hizo cargo de la construcción y el diseño de interiores de los bungalows del Hotel Flamingo’s, posteriormente se dirigió a la ciudad de México. Sus primeros trabajos en la capital fueron una serie de casas que llevarían los números 1, 2 y 3 en la calle de Liverpool.
Una vez acoplado al país, Van Beuren se dio cuenta de que sería difícil ejercer sin el título de arquitecto, pero que con su habilidad y conocimientos adquiridos en la Bauhaus, podría incursionar en el ramo mueblero y brindarle a la sociedad mexicana una nueva oferta de diseño, más acorde con los nuevos tiempos, y que se adaptaría a la arquitectura moderna que ya destacaba en el panorama.
En 1938 comenzó a diseñar muebles con su colega de la Bauhaus, el diseñador alemán Klaus Grabe, de esta forma crearon una pequeña empresa que operaba bajo el nombre de Grabe & Van Beuren.
Posteriormente Michael van Beuren creó Domus, su primera marca y probablemente la más conocida. Con ese nombre se abriría la primera tienda en el número 40 de la calle de Hamburgo en la década de 1940; esta compañía sirvió de paraguas a diversas marcas que inundaron el mercado mexicano con interesantes diseños y un enfoque mucho más internacional y moderno, dejando atrás el “estilo mexicano” que los intelectuales y artistas habían tratado de poner de moda en esta búsqueda frenética por una identidad nacional.
En 1941, Van Beuren participó en el concurso Organic Design for Home Furnishing (Diseño Orgánico para Mobiliario Habitacional), organizado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Este certamen por primera vez incluía a diseñadores latinoamericanos en su convocatoria. Esa ocasión la dupla formada por el matrimonio de Clara Porset y Xavier Guerrero y el terceto conformado por Michael van Beuren, Klaus Grabe y Morley Webb ganaron un galardón. Fue entonces cuando la chaise loungue a la que Michael había bautizado como Alacrán comenzó a comercializarse en Bloomingdale´s a un precio de 69.98 dolares.
En 1950 Fredderick T. van Beuren, hermano de Michael, pasó a ocuparse de la parte de producción del taller, con la intención de hacerlo más eficiente, de crecerlo con miras a convertirlo en una verdadera fábrica. Con su hermano dentro del organigrama, el negocio dejó de llamarse Domus –aunque se conservó la marca – para convertirse en Van Beuren S.A. de C.V.
Hacia mediados de aquella década, Van Beuren, S.A. de C.V. ya era capaz de producir en serie, lo que le permitía realizar varias líneas al mismo tiempo y también conservar una estupenda calidad.
Además de Domus, Van Beuren produjo otras líneas que resultaron muy exitosas y llegaron en el momento en que México buscaba la transición hacia una estética más internacional. Tal fue el caso de la marca Calpini de la que da cuenta la revista Espacios de 1951, y de Decapóls (1961), que con una fuerte influencia bauhausiana, fue una de las más populares durante aquel periodo y llegó a tener un gran éxito de ventas en almacenes como El Puerto de Liverpool.
Michael van Beuren siguió diseñando y se retiró a vivir a la ciudad de Cuernavaca donde falleció en 2004. Hoy sus muebles, representan uno de los momentos más fructíferos de la producción de mobiliario en el país, y han pasado a ser parte importante de la historia del diseño en México del siglo XX.
En el marco de la exposición, el museo presentará una serie de talleres infantiles que se llevarán a cabo todos los domingos de julio bajo el título de La forma sigue a la función con el objetivo de que los infantes conozcan la vida y obra de Van Beuren, así como la evolución del diseño mobiliario en México. Asimismo se realizarán una serie de conferencias dirigidas al público en general en el que participarán connotados arquitectos y diseñadores.
Una vez acoplado al país, Van Beuren se dio cuenta de que sería difícil ejercer sin el título de arquitecto, pero que con su habilidad y conocimientos adquiridos en la Bauhaus, podría incursionar en el ramo mueblero y brindarle a la sociedad mexicana una nueva oferta de diseño, más acorde con los nuevos tiempos, y que se adaptaría a la arquitectura moderna que ya destacaba en el panorama.
En 1938 comenzó a diseñar muebles con su colega de la Bauhaus, el diseñador alemán Klaus Grabe, de esta forma crearon una pequeña empresa que operaba bajo el nombre de Grabe & Van Beuren.
Posteriormente Michael van Beuren creó Domus, su primera marca y probablemente la más conocida. Con ese nombre se abriría la primera tienda en el número 40 de la calle de Hamburgo en la década de 1940; esta compañía sirvió de paraguas a diversas marcas que inundaron el mercado mexicano con interesantes diseños y un enfoque mucho más internacional y moderno, dejando atrás el “estilo mexicano” que los intelectuales y artistas habían tratado de poner de moda en esta búsqueda frenética por una identidad nacional.
En 1941, Van Beuren participó en el concurso Organic Design for Home Furnishing (Diseño Orgánico para Mobiliario Habitacional), organizado por el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Este certamen por primera vez incluía a diseñadores latinoamericanos en su convocatoria. Esa ocasión la dupla formada por el matrimonio de Clara Porset y Xavier Guerrero y el terceto conformado por Michael van Beuren, Klaus Grabe y Morley Webb ganaron un galardón. Fue entonces cuando la chaise loungue a la que Michael había bautizado como Alacrán comenzó a comercializarse en Bloomingdale´s a un precio de 69.98 dolares.
En 1950 Fredderick T. van Beuren, hermano de Michael, pasó a ocuparse de la parte de producción del taller, con la intención de hacerlo más eficiente, de crecerlo con miras a convertirlo en una verdadera fábrica. Con su hermano dentro del organigrama, el negocio dejó de llamarse Domus –aunque se conservó la marca – para convertirse en Van Beuren S.A. de C.V.
Hacia mediados de aquella década, Van Beuren, S.A. de C.V. ya era capaz de producir en serie, lo que le permitía realizar varias líneas al mismo tiempo y también conservar una estupenda calidad.
Además de Domus, Van Beuren produjo otras líneas que resultaron muy exitosas y llegaron en el momento en que México buscaba la transición hacia una estética más internacional. Tal fue el caso de la marca Calpini de la que da cuenta la revista Espacios de 1951, y de Decapóls (1961), que con una fuerte influencia bauhausiana, fue una de las más populares durante aquel periodo y llegó a tener un gran éxito de ventas en almacenes como El Puerto de Liverpool.
Michael van Beuren siguió diseñando y se retiró a vivir a la ciudad de Cuernavaca donde falleció en 2004. Hoy sus muebles, representan uno de los momentos más fructíferos de la producción de mobiliario en el país, y han pasado a ser parte importante de la historia del diseño en México del siglo XX.
En el marco de la exposición, el museo presentará una serie de talleres infantiles que se llevarán a cabo todos los domingos de julio bajo el título de La forma sigue a la función con el objetivo de que los infantes conozcan la vida y obra de Van Beuren, así como la evolución del diseño mobiliario en México. Asimismo se realizarán una serie de conferencias dirigidas al público en general en el que participarán connotados arquitectos y diseñadores.
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